Detras de la pantalla (XIX): Ea

Paco ya no podrá contar sus inventos a Ea (Fina).
Paco ya no podrá contar sus inventos a Ea (Fina). Pixabay
Álvaro Hernández
07:00 • 01 jun. 2020

Hoy no voy a contar nada que haya leído en mi pantalla, pero es que la cosa es importante: mi abuelo tiene la solución para acabar con el coronavirus.



Su propuesta es tan sencilla como aplastantemente lógica, hasta el punto de que Paco, mi abuelo Paco, da dos opciones igualmente válidas.



La primera de ellas es tirar de picaresca y fuerza bruta. Esperar agazapado detrás de la puerta con una alpargata en la mano y, cuando pase el bicho, zas. Problema solucionado.



La otra alternativa es algo más ingeniosa. Un cuenco, comida para el bicho y veneno. Ya solo tendríamos que sentarnos a ver pasar el cadáver de nuestro enemigo. A otra cosa, mariposa.



Mi tío, medico de profesión, le dice que la idea es buena pero que hay que perfeccionarla porque, claro, no hay un bicho: hay millones. ¿Por qué iba a ser eso un problema? Paco, mi abuelo Paco, dice que la cuestión está en elevar su solución a la máxima potencia y replicarla tantas veces como sea necesario. Obvio.



Todo esto lo ingenia mientras se saca, literalmente, un pañuelo blanco cada sábado, cuando Pedro Sánchez sale a hablar. Que no es que quiera yo hablar de política, es que es algo que ahora hace el inventor Paco, mi abuelo Paco.



El problema de todo esto es que a Paco se le han truncado los planes. Hasta ahora se los ha contado cada día de las últimas seis décadas a su compañera de sofá y ahora todo ha saltado por los aires. Un mal golpe se ha llevado a Ea, que es como llamaba últimamente Paco, mi abuelo Paco, a su mujer, la madre de mi padre y la señora que ha ejercido de abuela de este que les escribe durante los últimos 30 años.



Y se nos ha ido. Fina, en realidad. Ahora Paco, mi abuelo Paco, no va a poder contarle a Ea sus locuras con toque de genialidad, ni cantarle las coplas que le cantaba ahora (cosa que no había hecho nunca). En realidad, son todo desvaríos. No sé si agradecerle al alzheimer u odiarlo para siempre: Paco ya no se acordaba de que se su mujer se llama Fina, pero quizás gracias a eso no se ha dado cuenta de que se le ha ido Ea.


Temas relacionados

para ti

en destaque